Perarnau y Rufete deben bajar a hablar inmediatamente con el vestuario. Los resultados no progresan adecuadamente y los jugadores no entienden los sistemas y la manera de trabajar del entrenador.
Creo que la dirección técnica debe bajar al vestuario para saber que esta ocurriendo y porque se repiten los errores infantiles en defensa y porque el equipo no chuta a portería y porque acaban ahogados en el campo bloqueados y sin capacidad de reacción.
La dirección deportiva debería realizar reuniones quincenales o mensuales con los trabajadores del primer equipo tanto masculino como femenino para saber sus inquietudes respecto al entrenador.
Algo se esta cociendo en el vestuario y no es nada bueno. No lo entienden y se pierden con el entrenador, con lo sencillo que parece meter la pelota entre los tres palos.