Si perdonas hasta en tres ocasiones en la primera parte ante un Barça que vino a caminar en la primera parte para luego acelerar en la segunda con las incursiones de Lamine "el vendas" por la bandas buscando el desequilibrio para siempre buscar el mismo tiro parabólico en la segunda línea del alfombrado del campo después del área grande. Es un tiro que tiene más que ensayado y que siempre con la misma fuerza y trayectoria va a la escuadra opuesta del portero. Pero, tras el inicio de la segunda parte, se le escapó a Carlos Romero en una acción y la clavó, con su característica celebración "un poco desafiante al público rival".
Pero el Espanyol le echó coraje con 10 y fue a por el rival con lo que tenía y Cheddira en dos ocasiones disparó por encima de las nubes y Urko dudo un tiro claro a porteria. Pero ya se sabe, si nuevamente se perdona, en el descuendo Fermí de trallazo pusó el 0-2 que sentenció el partido y nuevamente el título para los culés.
Esta vez, Pere Milla y unos cuantos jugadores más y la participación ejemplar del entrenador del FC Barcelona evitaron que volvieran a repetirse las imágenes de hace dos años. Sabios es de rectificar a tiempo ante niños que no controlan la testosterona.
Los aspersores echaron un cable a aguar un poquito la celebración culé en la que nos tuvieron muy presentes. Eso es bueno, si se meten con nosotros, existimos y les pica.