Lo vivido en Mestalla en la grada local, porque se agotaron las entradas en la grada visitante, no tiene precio lo que tendría que pagar el RCD Espanyol a mi persona y los socios desplazados.
Te vas con la cara de tonto de que te han robado 3 veces en un mismo partido pero de que él equipo a parte del gol anulado, podría haber machacado al Valencia en los últimos minutos, en lugar de tantos balonazos al espacio tras el 1-2 y poco estar en el corner, cuando hay que estar.
Ya lo decía Roures en el 2019 y consiguió descendernos en el 2020, pero su idea de Girona de segundo equipo de Cataluña no le funcionó aquel año, este año si. Buena parte por culpa de los méritos propios del Espanyol, pero estas últimas jornadas donde el Espanyol empezó a carburar algo en Villarreal... Dió la orden de robarnos como fueran con el Sevilla, At. Madrid y ahora Valencia. Y así ha sido imposible remontar el vuelo donde juntamos a nuestra querísidima defensa de las tres Marías: Cabrera, Oscar Gil y Sergi Gómez que no deberían seguir en este club a pesar de lo que sientan a mayor o menor medida, pero no tienen los mimbres para estar de defensas en el séptimo club de España.
El partido empezó con dominio del Valencia que en cuanto pudó clavó el primer gol, pero el equipo rápidamente reaccionó con el gol de Puado que llevaba las tablas al descanso.
Del partido, decir que la afición local con el 1-2 se pusó muy encontra de sus jugadores, pero el Espanyol a parte del robo del gol de César, no supo aprovechar el desconcierto y los nervios de la defensa valenciana. Y lo del gol último del Valencia en perspectiva desde la porteria del gol decir, que la falta a Martin se vió desde lejos, pero con las protestas y falta de posicionamiento habitual dejarón un enorme surco donde Pacheco no pudó evitar el gol del descenso.
El Espanyol a falta de la reclamación jurídica de los últimos robos arbitrales, desciende por sexta vez a segunda división por méritos propios defensivos y por el ahogamiento final del estamento arbitral y del VAR de Roures (culé antiperico de pro), otro non grato a sumar a Cornellà-Prat.
