Ver lo para creerlo, en el partido que más ocasiones se generan entre los tres palos del arco rival, el equipo se queda sin marcar por culpa de los palos y del portero Juan Carlos que lo detuvo absolutamente todo, hasta las paradas más increible a bocajarro.
Y en el único error que hubo en defensa con una falta de despeje de Miguelón y un pase hacía atrás seco de Keidi Baré que no se debe hacer nunca, propuso una jugada del rival que en dos toques y un rebote se plantaron delante de Diego López marcandole el 1-0 de un cañozado a quemarropa.
El equipo dominó supó sujetar a un Girona que dejaba huecos en el medio del campo para proteger las entradas por las bandas de Miguelón y de Pedrosa. La verdad es que el equipo lo todo para ganar de goleada pero se topo con un muro. El entrenador dijó que cada diez partidos jugando así se ganan 9 y se pierde este. Yo discrepo, siempre se empata uno, con lo cual se ganan 8 y no estoy para nada preocupado, porque la actitud fue de 10 a pesar del resultado.
Ahora una toca nueva prueba de fuego para ganar al Rayo en casa y si es posible por 2 o más goles por aquello del gol average en caso de posible empate final.
Alerta: Comparando los resultados en esta jornada con la misma de la temporada 1993-1994 del equipo de José Antonio Camacho, el RCD Espanyol tiene -1 puntos.