El guión estaba escrito, pero el final casi casi no fue el esperado. El Espanyol aguantó 34 minutos al FC Barcelona y luego se dejó llevar, siempre manteniendo la actitud de presionar arriba al rival y consiguió remontar 2 goles que fueron insuficientes para igualar la eliminatoria. La actitud fue sensacional, pero Jonathan falló lo que nunca fallaba cuando estaba en categorias inferiores. Quizás ahí estuvo la clave de haberse adelantado y haberselos puesto por corbata y muy arriba. Pero al final un FC Barcelona con todo los titulares menos el portero, Henry y Touré Yaya no podía con Sergio Sánchez y 10 reservas. El orgullo de Glasgow volvió a estar presente y así, si que da gusto ver fútbol y perder. Ahora toca, ver fútbol y ganar. El mejor Sergio Sánchez, el peor Jonathan.
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